Por Raúl S. Saura
La importancia dada estos días a la marcha de Alexis Sánchez a Londres no era porque sí ni mucho menos. El FC Barcelona
ardía en deseos de despedir al tocopillano para conseguir dinero en
efectivo destinado a la incorporación de uno de los delanteros del
momento: Luis Suárez, líder de Uruguay y del Liverpool, a los que llevó a octavos del Mundial 2014 y Champions League respectivamente. El atacante más completo que había en el mercado.
Fuerte, rápido, violento, impulsivo, decidido, seguro de sí mismo,
rematador, ariete portentoso... el charrúa viene para marcar una
diferencia. Con Cesc y Alexis (los fichajes de 2011) fuera para
dejarle hueco, Suárez llega con ganas de conseguir lo que estos dos no
consiguieron: la consagración en el club catalán, que su nombre lo
coreen los 80.000 aficionados del Camp Nou. Exigencia sí o sí de Luis Enrique,
el asturiano ve en él el delantero centro necesario para completar una
tripleta temible, que probablemente termine por convertirse en una de
las mejores de todos los tiempos: Neymar, Messi y él.
Lucho, ofensivo como él, ve en el uruguayo una versión más joven de sí
mismo, una versión más talentosa de su etapa como jugador. Es por ello
que ha insistido tanto en él, es por eso que deseaba tanto su fichaje
pese a la gran polémica del verano.
El mordisco. Nadie olvida el mordisco propinado a Chiellini en el
Uruguay-Italia de la fase de grupos hace unas semanas. De hecho, supuso
que el Real Madrid, ansioso por abandonar los estériles tiempos de
polémicas con Mourinho y compañía, perdiera interés en
incorporarlo. A ello debemos añadir el apoyo de Lucho y el hecho
(importante) de que su representante es hermano de Guardiola. Raro sería que lo vendiera al club blanco. En fin, la FIFA
ha insistido en su sanción y el uruguayo no jugará/entrenará con los
culés hasta el 25 de octubre. Poco importa eso ahora, el mundo blaugrana
asiste esperanzado a la venida del delantero querido desde hace tiempo,
y quienes no lo consideraban necesario se frotan las manos. Un
superfichaje es un superfichaje. Guinda al pastel de este verano tan florentiniano que estamos teniendo en Can Barça: todo comenzó con Luis Enrique como nuevo técnico, el fichaje de Ter Stegen y los regresos de Rafinha y Deulofeu de sus cesiones; continuó con Claudio Bravo y Rakitic como nuevos jugadores blaugranas y ahora ha alcanzado, seguramente, su momento cumbre del mercado de fichajes con el ex red.
Más les vale, porque la sanción impuesta por las irregularidades en las
incorporaciones de jóvenes promesas regresará, impidiendo firmar
fichajes por dos años. Y debemos sumar dos centrales de garantías para
ayudar a un menguante Piqué, un ascendente Bartra y un (en vista a las semifinales contra Holanda) espléndido Mascherano. Mathieu, muy cerca del Barcelona, y Marquinhos prometen convertirse en esos refuerzos. Todo queda ahora a las negociaciones con los clubs, nada fáciles.
En fin, Luis Suárez, el caníbal, el mordedor, el violento, el mejor
jugador de la Premier League este año, ESE, es el nuevo 9 del Barça. El
Barça de quien fuera un delantero inolvidable del equipo catalán.
Temblad defensas, como salga bien la conexión con Neymar a la izquierda y
Messi a la derecha colarán goles a decenas. ¡Bienvenido mister Suárez!
Quien sabe cómo nos irá contigo, mientras no sea como en la peli...
P.D.: Queda por ver también cuánto ha costado realmente, algunos medios
apuntan a 75 millones y otros a 81. Parece difícil, pero si quiere
superar la burrada de Neymar esta directiva lo conseguirá.
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