Por Enrique Pedreira
Un día fue Messi, otro día fue Di María, otro Higuaín...y ahora
Romero, si el portero, el tan cuestionado portero, el puesto que para
todos debería de ocupar Willy le ha dado a Argentina su Final, 24 años
después se repetirá ese Alemania-Argentina, que dejó a Maradona sin otra
estrella más en su pecho, pero en la repetición, un jugador, Leo Messi,
puede unirse a el, a Di Stefano, a Cruyff y a Pelé. Los 4 magíficos ya
no caminarían solos, si es que aun lo hacen, Messi se convertirá en el
5º fantástico sin ningún genero de debate, y probablemente el el
jugador más grande de todos los tiempos, pese a quien le pese.
Poco decir del partido, soso anodino, malo, con 90 minutos de jugar
no perder y una prórroga con más de lo mismo, con los dos equipos
mostrando sus miedos y sus carencias, que de seguro Low habrá tomado
nota, y con un jugador inconmensurable, Javier Mascherano, el mejor
jugador del partido, partiéndose la cara en defensa, dando salida a su
equipo en ataque, muy falto de Di María como enganche con Messi y
Agüero, y mostrando una garra y un pundonor que su apodo de Jefecito
debería de pasar a se JEFAZO.
Y nada más...ni ocasiones claras, ni un atisbo de emoción, más allá
del marcador, en el que los minutos pasaban lentamente, pero el fútbol a
veces es así, y los mundiales también se ganan así.
La Copa del Mundo seguirá debiendo una estrella a Holanda, puede
coronar a Messi como el mejor de todos los tiempos sin discusión o puede
hacer justicia con Alemania..y todo pese a quién el pese.
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